Entregando nuestro corazón a Dios
PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 57:1-11
Nos dice la Biblia que Dios revela sus secretos, pero al igual que yo, usted pensará lo mismo; que los secretos sólo se los cuenta o descubre a alguien de entera confianza. ¿Estamos de acuerdo? Pues, bien, lo mismo ocurre con Dios; sus secretos son para sus hijos de confianza. David fue uno de ellos; pero este rey se ganó el corazón de Dios. No mezquinó absolutamente nada, sino que dispuso todo para su Papá. ¿Será que nosotros sí somos capaces de disponer nuestro corazón para entregarlo a Él con prontitud?
La más grande necesidad en el mundo de hoy, es contar con hombres y mujeres que pongan el corazón y den lo mejor de sí en todo lo que hagan, que estén siempre dispuestos, listos, con la mano en el arado, que vean oportunidades en lugar de obstáculos, que presenten soluciones en lugar de quejas, que busquen alternativas en lugar de excusas.
El rey David fue un hombre que vivió con intensidad y con todo su corazón buscó a Dios, siempre estuvo dispuesto a aceptar desafíos, a enfrentar retos, a superar obstáculos por difíciles que estos fueran. Pero, sobre todas las cosas, siempre dispuesto a buscar a Dios con prontitud, con alegría, con profunda gratitud.
El resultado fue una vida prospera y desafiante. Esa misma vida Dios quiere darle a usted, si hoy aprende el secreto de cómo hacerlo: buscar a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, confiar en su ayuda en tiempos buenos y en las tribulaciones. Él aquietará su corazón y le dará confianza. Se trate de enemigos o de fuerzas poderosas que se levantan contra nosotros, siempre hay algo mucho más fuerte, y es que Dios tiene total control. Tener victoria en todas las circunstancias no se trata entonces de no tener problemas o circunstancias difíciles a nuestro alrededor, sino de cultivar en nuestro interior, la más poderosa fuerza del universo: la fe en Dios.
HABLEMOS CON DIOS
“Amado Jesús, te entrego mi corazón, estoy dispuesto a hacerlo porque entiendo que contigo, en lugar de obstáculos hay alternativas y oportunidades. Te pido que me enseñes a permanecer fiel, tanto en los tiempos buenos como en los de prueba. Dame un corazón que descansa en tu fidelidad. Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.
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