Vistas de página en total

miércoles, 25 de julio de 2012

Tu deleite Padre


Deleite de los hijos de Dios
“Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, y con labios de júbilo te alabará mi boca”. (Salmo 63:5)
PASAJE COMPLEMENTARIO: Daniel 3:1-30
Orar con todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, es estar en comunión con nuestro Padre Celestial, lo cual produce resultados maravillosos, manifestaciones asombrosas y deleites tan profundos, que fácilmente entendemos lo que dice el salmista cuando afirma: «Como de meollo y de grosura será saciada mi alma». Es como ir a la fuente de agua cuando se está muriendo de sed, es como un oasis en medio del desierto, es como el aire que le hace falta a los pulmones.
Una de las características de los grandes hombres de Dios fue el anhelo profundo y hasta el celo que tenían por estar delante de Su Presencia. Un ejemplo lo tenemos en el profeta Daniel, quien estando bajo el dominio de un gobernante tirano en tierra extraña, y rodeado de gente idólatra, nunca accedió a dejar de buscar a Dios, incluso bajo amenaza de muerte. Era preferible morir que renunciar a buscar en oración el amor de su Padre celestial. También los amigos de Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego, se resistieron a dejar a su amado Dios, aunque esto les representó ser condenados a morir quemados, pena de la cual Dios los salvó prodigiosamente.
También para el rey David, la búsqueda de Dios significaba lo más importante, incluso aplazar cualquier otro asunto por importante que fuera, incluso los asuntos relacionados con su reino, con tal de ir primero a Aquel que podía saciarle, llenar cada una de sus necesidades y darle la dirección, el poder y la guía que necesitaba para tener éxito en todo lo que emprendiera.
Estos hombres conocían muy bien los extraordinarios resultados de la oración, pues significaba depositar la confianza en Él, deleitarse, tomar la provisión de amor, poder y misericordia que Dios les preparaba cada día y esperar su fiel respuesta.
De la misma manera, hoy nosotros debemos descubrir que el secreto para llegar hasta los atrios del Señor, es anhear con todo nuestro corazón estar en su Presencia, con la misma intensidad que el ciervo brama por las corrientes de agua. Entonces también seremos saciados «como de meollo y de grosura».
Algunos cristianos se esfuerzan y luchan contra el sueño y el cansancio, para lograr permanecer despiertos delante de Dios, obteniendo únicamente estériles y lánguidas oraciones. Pero no sucede así cuando disponemos nuestro espíritu, nuestra mente y emociones, nuestra voluntad y aún nuestro cuerpo para el encuentro renovador y vivificante con nuestro Padre Dios. Inténtelo ahora, disponga todo su ser para este maravilloso encuentro de amor. Usted lo logrará.
HABLEMOS CON DIOS
“Amado Señor hoy entiendo que la oración para todo hijo de Dios debe ser un estilo de vida. Gracias por enseñarme con tu ejemplo a buscar la comunión con el Espíritu Santo en todo tiempo. Permíteme depender siempre de ti, de tus riquezas y bendiciones y no de mis escasos recursos, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

martes, 24 de julio de 2012

El Mas Hermoso Anhelo


El anhelo más profundo
“Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová”. (Salmo 84:2a)

 PASAJE COMPLEMENTARIO: 2 Samuel 24:18-25; Salmo 95:1-11

Es en la oración donde el alma encuentra el gozo y la paz de Dios y esta es la razón por la que el anhelo de cada día, al amanecer, debe ser en primer lugar correr a ese manantial para beber el agua de su amor que llena nuestro ser, y de esta manera tener abundancia para dar.

Todos los hijos son amados por los padres, pero debemos reconocer que hay hijos especiales por su actitud. David fue uno de ellos. Él amó a Dios con todas sus fuerzas y con todo su corazón, nunca fue mezquino con Dios en el tiempo que dedicaba para buscarle, ni en sus manifestaciones de amor hacia Él.

Fue el hombre que estuvo dispuesto a dar lo mejor que tenía a su Padre: el mejor tiempo, la mejor actitud, la mejor ofrenda que era su vida misma, el mejor regalo que era su propio corazón, y la mejor canción que brotaba como un río de alabanza desde lo más íntimo de su ser.

Leer los salmos, es leer la exaltación más hermosa de amor que alguien pudo haber compuesto para el Creador. David no fue un músico, ni un compositor, simplemente fue un hombre enamorado de Dios.

Usted y yo, no hemos conocido un Dios menos extraordinario que el de David; por el contrario, cada uno de nosotros tiene innumerables testimonios acerca de la obra restauradora del Señor en nuestra vida. Cada uno ha vivido milagros y hechos prodigiosos, por la pura gracia, por el puro amor de nuestro Padre.

Decidamos hoy ser esos hijos especiales que conquistan el corazón de Dios, entregándonos sin reservas, buscándolo con intensidad, cantándole con ternura, presentándonos ante Su Presencia con humildad y gratitud, y sobre todo, obedeciéndole. No hay alabanza más grata para Dios que tener en cuenta sus palabras, no hay sacrificio más grande que obedecerle, no hay holocausto mayor que hacer como Él dice (1 Samuel 15:22).

¿Está usted dispuesto a cantar con todo su corazón, en gratitud y obediencia a Dios?

HABLEMOS CON DIOS

“Amado Padre, reconozco que muchas veces mi oración y mi alabanza carecen de este amor tan intenso y profundo, pero a partir de este día anhelo que tu Santo Espíritu me enseñe a cantarte con un corazón limpio y agradecido contigo. Quiero ser un verdadero adorador que te alabe, que te adore en espíritu y en verdad, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

lunes, 23 de julio de 2012

Dar con el corazon


Con el Corazón
“Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”. (Lucas 6:38)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Proverbios 23:26; Lucas 6:27-36

Paradójicamente, esta ley espiritual parece ser la única alternativa para triunfar en medio de la crisis por la que atravesamos en la actualidad. En tiempos tan difíciles como estos, el Manual de la Vida nos recomienda: «Dad». Dar lo mejor de nosotros mismos, nuestro mejor tiempo, nuestra mejor expresión de cariño, nuestro mejor saludo, nuestra mejor sonrisa, nuestro mejor consejo, nuestra mejor actitud. Esto nos lleva a entender que la mejor dádiva es la que sale del corazón y no solamente las dádivas materiales.

Está comprobado que la persona que aprende el secreto del dar, desarrolla alegría y propósito para vivir, descubre la clave para la felicidad. Por algo el Señor Jesucristo nos enseña: «Más bienaventurado es dar que recibir» (Hechos 20:35b).

Dar es un acto de fe en Dios, es un compromiso que asumimos con Él, pues no es tanto dar a otro, es más bien dar a Dios, porque creemos lo que Él nos dice y aceptamos lo que Él nos propone. Dar es una semilla que se siembra en el mismo corazón de nuestro Padre, en una tierra abonada por sus promesas y la verdad de su Palabra, germinada de vida por el Espíritu Santo y que finalmente tiene que abrirse para dar paso a un fruto: el fruto de la bendición de Dios.

Dé lo mejor en su trabajo, en su casa, en su estudio, en cada una de las actividades que realice en el día de hoy. Pero ante todo dé lo mejor a Dios: su mejor oración, su mejor tiempo, su mejor actitud. De esta manera conquistaremos el corazón de Dios y podremos estar seguros de que la promesa dada por Él, se cumplirá en nuestras vidas.

Tenga en cuenta que Dios promete, y es a su vez quien paga. Él mismo dará la recompensa a quien está dispuesto a practicar la ley del Dar. Recuerde: medida buena, apretada, rebosante y remecida será la que pongan en el regazo del que se atreve a creerle a Él.

HABLEMOS CON DIOS

“Amado Padre, te doy gracias porque me diste lo mejor “Tu Hijo”. Enséñame a valorar ese hermoso regalo cada día para cultivar un corazón agradecido y para dar también siempre lo mejor y con la mejor actitud de corazón, Amén”.

Lolita Cruz de Chamorro.

viernes, 20 de julio de 2012

El Hijo Sabio


La sabiduría del Hijo
“El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre”. (Proverbios 10:1)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Efesios 6:1-3; Proverbios 15:20

La sabiduría es fundamental para construir vidas realizadas y felices y que mejor compartir esta clase de vida con las personas amadas como son los padres. Esta es la razón de este maravilloso consejo tan sabio de la Palabra de Dios.

Una de las más grandes demandas de Dios en la Biblia es la honra a los padres, entendida ésta como la permanente actitud de amor y respeto, y la constante disposición para hacer sentir estimado e importante a alguien. También se relaciona con la buena opinión que se procura tener y expresar de las personas.

Es muy importante para Dios, la honra a los padres, ya que es una fiel medida de la honra que tenemos para con Él mismo. Y es tan grave la deshonra a los padres, que el Señor nos advierte acerca de ella y sólo tratándose del aspecto de hablar mal de ellos, lo siguiente: «Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa» (Proverbios 20:20).

Por el contrario, el hijo que aprende a evitar en su corazón el resentimiento y la amargura, y sólo se preocupa por albergar en él, gratitud y honra, vivirá feliz, tendrá larga vida y todo lo que emprenda le resultará bien (Efesios 6:1-3).

Recuerde que los años pasan, y muchas veces no nos damos cuenta en qué momento los padres ya no están a nuestro lado. Entonces la oportunidad para hacerles felices se habrá escapado, dejando tan sólo el sinsabor de lo que debimos haber hecho y no hicimos, siendo tal vez demasiado tarde.

La palabra de Dios nos advierte que aquél que honra a sus padres será prosperado. No busque razones para no honrarles; no se engañe a sí mismo pensando que de todas maneras saldrá adelante. No se pierda el inmenso privilegio de ser una persona feliz. Esfuércese por alegrar los días del hombre y la mujer que Dios utilizó para traerle a la vida.

Aún hay oportunidad para recuperar el tiempo perdido, para alegrar el rostro que tal vez entristeció, para secar las lágrimas que ayudó a derramar; aún hay oportunidad para devolver el amor que le fue entregado sin ninguna condición, para ser la causa de una sonrisa y el motivo del orgullo de unos seres que siempre desearon lo mejor para su vida.

 HABLEMOS CON DIOS

“Señor te quiero agradecer por enseñarme que honrar a mis padres me lleva a ser feliz, a recibir bendición y a sembrar para el futuro. Gracias por los padres que me diste porque a pesar de sus debilidades han tratado de darme lo mejor, te pido que me enseñes a disfrutarlos antes de que sea demasiado tarde. Bendícelos, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

miércoles, 18 de julio de 2012

La Fe conduce a la accion


La Fe conduce a la acción


“Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen”. (Éxodo 14:15)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Santiago 2:14-26

En muchas ocasiones hemos pensado que con sólo anhelar fervientemente las cosas, ya por ello las tendremos en nuestras manos. Existen también quienes hacen largas rogativas a Dios creyendo que con sólo orar, pero sin actuar con fe cambiarán las circunstancias, ignorando que Dios nunca actuará sin que primero hayamos comprometido nuestra voluntad para decidir creer y obedecer.

La verdadera oración de fe es aquella que nos permite tomar un curso de acción con la absoluta convicción de que obtendremos el resultado deseado. La verdadera oración de fe siempre conduce a una decisión, a una acción y como consecuencia, a un resultado positivo. Es decir, las cosas hechas realidad.

Moisés ya había orado y Dios ya había dado respuesta a su necesidad, le había dado dirección precisa y le había fortalecido en sus promesas. Sólo restaba que Moisés pusiera su fe en acción y diera los primeros pasos para que el pueblo le siguiera; pero como seguía sin tomar acción, el Señor tuvo que recordarle que ya no era tiempo de clamar más, que había llegado el momento de actuar. Es así, actuando, levantando su mano sobre el mar, como Moisés presencia el más grandioso de los milagros: el mar se dividió en dos y el pueblo pasó en seco.

Muchas veces, el temor debilita nuestra fe y no nos deja actuar. ¿Ha escuchado una y otra vez la voz de Dios, diciéndole que tiene que perdonar, ponerse en paz, amar incondicionalmente, honrar a sus padres independiente del trato que le dieron, educar a sus hijos en el temor de Dios, hacer su devocional personal todos los días muy temprano en la mañana, leer y estudiar su Palabra? ¿Cuántas de estas cosas aún no las hemos hecho y sin embargo seguimos pidiendo a Dios que transforme nuestra vida, bendiga nuestra familia y nos haga prósperos?

Es tiempo de que la fe se manifieste en actos de obediencia, para ver como ocurrió con Moisés, los más extraordinarios milagros en nuestra vida.

HABLEMOS CON DIOS

“Padre bueno, hoy entiendo que me quieres bendecir en todo, y que para esto es necesario que obedezca a tu Palabra. Toma hoy Señor el control de mi vida y enséñame a obedecer y tomar acción en todo lo que quiero ver respuesta. Dame un corazón dispuesto y obediente para ti, Amén”.


Lolita Cruz de Chamorro.

martes, 17 de julio de 2012

La Dirección de Dios


Buscando la Dirección de Dios
“Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados”. (Proverbios 16:3)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Deuteronomio 30:11-20; 1 Samuel 23:1-14

Preguntémonos hoy: ¿cuántas veces no hemos obtenido los resultados que esperábamos en un negocio, una tarea, o algo nos ha salido mal?

Hablando con la verdad, ¿cuántas veces consultamos a nuestro Padre, antes de emprender una labor? ¿Somos conscientes de que tenemos un valioso manual de vida llamado la Biblia? ¿Acudimos a ella como el viajero consulta la brújula que le orienta su norte, cómo el explorador su mapa, como un verdadero manual de instrucciones?

En nuestro afán, con frecuencia no cuidamos de colocar en las manos de Dios nuestro diario vivir, y terminamos dependiendo de nosotros mismos, de nuestra fuerza, de nuestros escasos recursos, llevando una vida de segunda clase, y viviendo como perdices habiendo sido diseñados para volar como las águilas.

Es necesario entonces, que cada mañana nos pongamos de rodillas delante de Dios, para obtener los logros y el éxito que sólo Él nos puede asegurar, venciendo los obstáculos, armándonos del poder, de la dirección y de la guía que necesitamos para luego salir a vencer, a conquistar el mundo, a ver la gloria de Dios en y a través de nuestra vida.

«Encomendar» hace referencia a entregar, a pedir dirección y a depositar la confianza en la instrucción dada por Dios a través de su Espíritu y de los principios plasmados en su Palabra, como resultado de renovar la mente y de escuchar también el consejo de nuestro guía espiritual. Entonces será para nosotros una hermosa realidad el versículo 8 de Josué 1: «...entonces, harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien». Recordemos que la obra que Dios le encomendó a Josué, no era fácil, por eso le enseña que la victoria y la prosperidad dependerían de él mismo, en la medida en que fuera valiente para no apartarse de sus instrucciones, ni de día ni de noche. Al igual que Josué, nosotros también necesitamos de esa fuerza sobrenatural para enfrentar los difíciles retos y grandes desafíos que tenemos por delante.

HABLEMOS CON DIOS

“Amoroso Padre, quiero pedirte perdón por las muchas veces que he hecho las cosas a mi manera sin contar contigo. Entiendo que por esto he fallado tantas veces, gracias por darme la oportunidad de conocer que estás interesado en dirigirme para bendecirme. Te entrego el control de mi vida y te pido Espíritu Santo que siempre me lleves a dar pasos que agraden a Dios, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

lunes, 16 de julio de 2012

Un Corazón Limpio


Un corazón limpio para Dios
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. (Salmo 51:10)

PASAJE COMPLEMENTARIO: 1 Juan 1:9; Jonás 2:1-10

Cuánta necesidad tenemos los hijos de Dios de pedirle cada día que nos dé, a través de su Espíritu, el poder para vivir una vida de integridad y rectitud y, por tanto, de libertad para con Dios y con nuestros semejantes.

Esto implica, en un acto de humildad, reconocer que nuestra vida sin su amor y sin su paz, está en crisis. Que estamos enfermos en algún área de nuestra vida, que cada vez nos enfrentamos con mayores problemas y menos respuestas, y que en el interior de nuestro ser, así como en el de todos los seres humanos, sólo hay caos, desilusión y vacío cuando estamos alejados de Dios.

Sólo entonces, el ser humano reconocerá la necesidad de ceder el control de su vida a Jesucristo, decidirá seguir sus instrucciones y comenzará un proceso crítico y progresivo, que culminará en la formación de la imagen misma de Cristo en su vida. Aprenderá a ir a la Fuente de Vida y Salud en forma constante y permanente, para ser renovado en su visión y habilitado para continuar viviendo en integridad delante de Dios.

De esta manera, podemos tener comunión perfecta con Él, nuestras oraciones no tendrán estorbo, experimentaremos sanidad física y emocional. Al ser libres de la culpa, disfrutaremos de la misericordia de Dios y de su prosperidad total, tendremos una vida de gozo permanente, aconsejaremos sabiamente a otros, tendremos libertad de relacionarnos sin temores con las personas que nos rodean, y podremos ser efectivos testigos de Cristo, sin sentirnos falsos.

«Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti» (Salmo 51: 12-13).

Son demasiadas las bendiciones que se derraman sobre nuestra vida cuando nuestro corazón está limpio y transparente delante de Dios. Hagamos de esto un estilo de vida, de tal manera que seamos totalmente bendecidos y prosperados.

HABLEMOS CON DIOS

“Padre amado, hoy reconozco que he tenido un corazón duro contigo cuando argumento, dudo y me olvido de tus promesas. Te pido me enseñes a cultivar un corazón integro, limpio y completo para ti. Que día a día pueda vivir para agradarte y que tu Santo Espíritu me enseñe a ceder el control de todo mi ser para que tu Hijo Jesucristo pueda mostrarse a través de mi vida, Amén”.

Lolita Cruz de Chamorro.

viernes, 13 de julio de 2012

EL VIVIR DE CADA DIA


Preparémonos para vivir cada día
“Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré” (Salmo 5:3)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 42:1-11; 1 Tesalonicenses 5:17

Cuando el buscar a Dios se vuelve parte de la vida, pronto descubriremos ¡cuán diferente se puede vivir cada día! La presencia de Dios es para sus hijos como una isla de descanso, como una medicina para el dolor, como un torrente de agua fresca en medio del desierto. Quizá la descripción más fiel es la del Salmo 42: «Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía».

Cada vez que levantamos la mirada a Papá Dios, cada vez que buscamos su mano, cada vez que acallamos nuestro espíritu para escucharle, encontramos un lugar de refugio que nadie nos puede quitar. Basta con disponernos, buscarle con todo el corazón, y allí está Él. Se encuentra en todo lugar, no hay sitio sin su presencia, va con nosotros. El nos acompaña a cada lugar a donde vamos, aún en medio de los afanes de la vida le podemos hallar.

Tal vez usted no conozca a Dios lo suficiente y solamente salga de sus labios una sencilla oración, pero cuando ore, crea que Él le está escuchando, entonces, sentirá cómo sus pensamientos se entrelazan con los de Él en una dulce y tierna conversación. Experimentará que su oración es escuchada y que es capaz de transformar los más frustrantes pensamientos de dolor en pensamientos de gozo y vida. La oración ablanda el corazón de piedra, sana al enfermo, produce milagros y lo más importante, la oración trae la misericordia de Dios sobre nuestra vida.

El gran secreto de los hombres y mujeres de éxito reside en la oración. Por la oración el pueblo de Israel halló la victoria ante sus enemigos en circunstancias realmente difíciles; por la oración de un hombre Dios detuvo el sol, dividió el mar, hizo llover fuego del cielo, calmó la tempestad, resucitó muertos, fue multiplicado el pan y fue devuelta la vista a los ciegos.

¿Quiere tener poder sobre el enemigo? Ore. ¿Necesita fuerza para resistir los sufrimientos? Ore. ¿Qué necesita hoy? Dios es la fuente de todo, allí usted beberá gratuitamente. Tendrá a su disposición toda la misericordia de Dios, serán suyos el consuelo y la esperanza. Hallará allí dirección sabia para escoger el mejor camino, el de la vida y el de la victoria.

“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Juan 7:37b

HABLEMOS CON DIOS

“Amado Señor, te quiero agradecer por enseñarme que la maravillosa herramienta de la oración es lo que necesito en toda situación adversa. Te pido Espíritu Santo que me enseñes a orar como conviene, Amén.

jueves, 12 de julio de 2012

Hijo mio te espero


Vuelve Hijo Mío
“...y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes”. (Lucas 15:12)
PASAJE COMPLEMENTARIO: 2 Crónicas 30:6-9; Jeremías 2:1-37
Vuelve hijo mío... es el continuo llamado de Dios a sus hijos. El experto en perdonar espera hoy que decidamos volver nuestro corazón a Él.
Recordemos el ejemplo del hijo pródigo que cansado de sentirse limitado, anhelando la independencia, incapaz de soportar más el cuidado de su padre, creyendo que se estaba perdiendo de grandes cosas; pidió a éste la parte de su herencia, buscó ser su propio dueño y desperdició en poco tiempo lo que su padre le había entregado. Así mismo, cuando Dios ve que despreciamos la vida que Él nos brinda, nos deja en libertad de vivir lo que nosotros creemos que nos hará felices.
Dios nos llevará a descubrir por medio de la prueba o la adversidad que el alejarnos de Él para vivir nuestra propia vida, no es sino cambiar un yugo liviano por uno pesado y difícil, y dejar a un padre amoroso por muchas ilusiones pasajeras, que terminan siempre dejando profundas huellas de dolor y pena en nuestro corazón.
Cuando decidimos que nuestra vida es mejor al lado de Papá, que estar cerca de él no es perder la libertad sino ganar la bendición, que estar bajo su autoridad no es esclavitud sino la mayor realización, damos el primer paso para la vida plena, excelente y abundante, llena de poder y de desafíos, para alcanzar el vuelo del águila imperial, dejando a nuestro paso, una estela de bendición.
Meditando en esta gran enseñanza, es tiempo de reconocer que muchas veces nos equivocamos, y le volvemos la espalda a Dios, cuando Él siempre ha estado dispuesto a llevarnos cada día por el camino de la victoria, aún en medio de las circunstancias más difíciles. Nunca esperemos a que las cosas se pongan tan difíciles como lo fueron para este hijo ingrato, no tenemos necesidad de vivir tal desolación y escasez; miremos al único que puede ayudarnos y guiarnos con inteligencia a las buenas decisiones.
Él es feliz procurando nuestra propia felicidad. Como Padre, lo que quiere es nuestra realización y bienestar, y aun más, pues es el Padre Celestial «Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?» (Mateo 7:11).
HABLEMOS CON DIOS
“Amado Padre, comprendo tu gran amor y misericordia a través de esta meditación. Gracias por siempre darme una nueva oportunidad de empezar a tu lado. Reconozco que me he equivocado muchas veces por la dureza de mi corazón y por no entender quién eres. Espíritu Santo toma mi corazón y hazlo perfecto para vivir para agradar a mi Padre y disfrutarlo cada día, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

miércoles, 11 de julio de 2012

El verdadero padre


Un ejemplo como Padre
“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre”. (Proverbios 1:8)

 PASAJE COMPLEMENTARIO: Proverbios 22:6

Aquí vemos a un padre que enseñó a su hijo, el secreto que luego le llevaría a ganar el corazón de Dios y a convertirse con su bendición, en el hombre más sabio y más próspero de la tierra. David enseñó a Salomón a seguir instrucciones. Le había dicho que la seguridad más grande en su vida sería dejarse guiar por Dios y seguir las instrucciones dadas por su Palabra, y que entonces sus caminos serían prosperados, viviría por largos días y todo lo que hiciera, le saldría bien.

Efectivamente, David preparó a su hijo para seguir un camino de bendición y eso fue lo que halló. Las últimas palabras de David, ya en su lecho de muerte, fueron para su hijo. A través de ellas le recordaba lo más importante que había aprendido durante su vida, lo que nunca podía olvidar, aquello que debería estar presente en su mente y en su corazón para siempre, y que determinaría su éxito o su fracaso en la vida:

«Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; para que confirme Jehová la palabra que me habló diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel» (1 Reyes 2:2-4).

Nosotros también estamos llamados a ser de bendición para nuestros hijos, a ser padres que les preparen un futuro bienaventurado. La única manera de asegurarles esto, es enseñándoles toda la vida a buscar a Dios, a conocerlo y a seguir sus instrucciones. Una de las más importantes, es enseñarles a amarnos, a honrarnos y a respetarnos como padres, a seguir las instrucciones que les demos a la luz de la Biblia para su bendición y prosperidad. Entonces podremos decir que hicimos una buena labor. Que no perdimos el examen con nuestros hijos. Pero nada Comience ahora mismo con instrucción y ejemplo, a labrar un camino de bendición para sus hijos. Pero nada mejor para enseñar esta clase de vida a nuestros hijos que con el ejemplo. Cuando ellos nos vean andando con la instrucción de nuestro Padre Dios, consignada en su Palabra, nuestros hijos seguirán por el mismo camino.

HABLEMOS CON DIOS

“Señor te quiero dar infinitas gracias por mis hijos, reconozco que hasta hoy no he cumplido con mi rol como debería. Necesito que tu Santo Espíritu me dirija siempre y me haga sabio para formar hombres y mujeres para bendición de la sociedad, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

martes, 10 de julio de 2012

El Amor y su Grandeza


Lo grande que es el Amor
“Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos” (Juan 17:26)
PASAJE COMPLEMENTARIO: 1 Corintios 13:1-13
El amor es la más grande necesidad del ser humano, es el requisito fundamental para el desarrollo adecuado y equilibrado del niño, es la base de todo tratamiento de sanidad, es la clave para experimentar libertad, es el punto de partida para olvidar las ofensas del pasado y ser restaurados, y es el ambiente propicio para aprender.
El amor viene de Dios, Él mismo es amor. Así que todos los seres humanos, independiente de su raza, sexo o condición, necesitan conocer a Dios y experimentar su amor. En la medida en que nos acercamos a Él y aprendemos a conocerlo, somos impregnados por su Espíritu, de su amor sobrenatural. Poco a poco aprendemos a ser libres para expresarle a Él nuestro amor, nuestra gratitud y nuestra adoración. Todo nuestro ser va siendo transformado, liberado de sus esquemas mentales y paradigmas, de sus temores y sus dudas, las heridas del alma van siendo sanadas y los recuerdos ya no afectan. Esto es lo que hace posible que aquellos que se acercan a Dios comiencen a sentir y expresar más libremente su amor, ya que lo reciben de Él a manos llenas. Se vuelve fácil decir «te amo», «te quiero», «me siento feliz contigo», «eres importante para mí», «te extraño». La vida definitivamente, no es la misma.
Acérquese ahora a esa inagotable fuente de amor y deje que fluya desde su interior e impregne todo a su alrededor. Recuerde que el amor tiene grandes y diversas manifestaciones como: La amabilidad: la suavidad y delicadeza para decir todo lo necesario sin tener que lastimar; la aceptación incondicional y total del otro, la generosidad, demostrando constantemente disposición para dar lo mejor; la humildad: reconocer en todo momento los logros y virtudes del otro y cuánto puedo aprender de él; la cortesía, conservando siempre la educación y el respeto por el otro, sin importar las condiciones que se vivan; la abnegación: demostrando la capacidad de dar antes que reclamar; el buen carácter: conservando la calma, cuidándonos de no herir al otro; la pureza: manteniendo siempre las mejores intenciones, reconociendo los errores; la sinceridad: hablando y actuando con transparencia.
¿Puede usted decir que en su vida se manifiesta el amor de Dios?
HABLEMOS CON DIOS
“Gracias Señor por tu amor, porque ese amor me ha transformado, reconozco que soy una nueva persona ahora que estás en mi corazón. Te pido mi amado Señor que sigas derramando cada día de tu dulce amor, y así experimentar cada día el gozo, la salud y la paz que tanto necesito, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

lunes, 9 de julio de 2012

La gratitud señor


Cultivando un espíritu de gratitud


“¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino éste...?" (Lucas 17:17-18)


PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 100:1-5


Una de las virtudes más valiosas del ser humano es la gratitud. Este pasaje nos narra la historia de diez hombres que habían caído en una terrible desgracia: eran víctimas de la lepra. Esta, era una enfermedad verdaderamente terrible, incurable y progresiva, que afectaba la piel produciendo grandes placas blanquecinas sanguinolentas que finalmente desprendían fragmentos de piel y tejidos afectados. Por supuesto, estos hombres eran rechazados por la sociedad, tenían que mantenerse aislados del resto de la gente, aun de su familia y amigos. Las leyes eran tan estrictas para evitar el contagio, que si algún enfermo se acercaba a una población más de la distancia permitida, era apedreado.


En estas circunstancias, el Señor Jesús encontró a estos hombres, un día que caminaba hacia una aldea entre Samaria y Galilea. Seguramente habían escuchado hablar del Maestro de Galilea, el hijo del carpintero, cuya fama se había extendido por toda la región, pues no había espíritu o enfermedad que pudiera resistirle. Sabían que era su única esperanza. Así, que quizá les esperaban; quizá lo habían hecho durante muchos días, esperando verlo por allí. Nos cuenta la historia que estos hombres alzaron la voz y clamaron de lejos a Jesús que tuviera misericordia de ellos. Jesús los vio, se acercó rompiendo las normas que prohibían el contacto con ellos, y les habló, dándoles una indicación de ir a presentarse delante de los sacerdotes. Y sucedió lo más maravilloso: mientras caminaban fueron sanos, limpios de la terrible enfermedad.


Aunque inesperada y riesgosa la orden, ellos obedecieron, empezando a experimentar en sus cuerpos, algo extraordinario: estaban siendo limpios de su enfermedad, la lepra estaba desapareciendo prodigiosamente. Era verdad, Jesús era el hijo de Dios, Dios mismo; sólo Él podía haber hecho semejante milagro. Así que uno de ellos, al darse cuenta de su sanidad, volvió gritando, dándole la gloria a Dios y buscando a Jesús para expresarle su amor y su profunda gratitud. ¿Qué cree que pasó con los otros nueve?


Seguramente también nosotros hemos visto en múltiples ocasiones la misericordia de Dios en nuestras vidas pero con un espíritu ingrato, no reconocemos la misericordia de Dios. Llegó el momento de ejercitar la mejor terapia para la salud espiritual: Dar Gracias. Recuerde que el leproso agradecido no sólo fue sano, también fue salvo desde aquel momento. Qué relación tan estrecha hay entre la gratitud y la salvación. ¡Nunca lo olvide!


HABLEMOS CON DIOS


“Amado Señor, en este día quiero pedirte perdón por las múltiples ocasiones en que has estado allí cuidándome, protegiéndome, amándome, sin que siquiera lo notara o estuviera interesado en reconocerlo y mucho menos, en agradecértelo. Te pido con todo mi ser, que me enseñes a vivir permanentemente agradecido. Así disfrutaré de tu maravillosa salvación. Amén”.


Lolita Cruz de Chamorro.

miércoles, 4 de julio de 2012


¿De quién depende usted?


“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. (Proverbios 3:5-6)


PASAJE COMPLEMENTARIO: 1 Reyes 12:1-20


¡Qué sabia es la Palabra de Dios! cuando nos advierte del peligro que representa fiarnos de nosotros mismos, sin consultar a Dios, a la hora de tomar una decisión, escoger un camino o emprender una meta.


La confianza en sí mismo, es algo básico y fundamental para alcanzar resultados, pero cuando ésta proviene de la confianza en Dios. Fiarnos de nosotros mismos antes que de Dios, es pensar que somos más sabios que Él y por tanto no tenemos necesidad de consultarle y pedirle que nos oriente y dirija. ¡He aquí, el gran problema de la humanidad! La Autosuficiencia: pensando que puede vivir sin el Diseñador, la criatura creyendo que no necesita las instrucciones de su Creador.


Por algo la Biblia nos compara con las ovejas. Éstos, son unos tiernos animalitos con un oído bastante desarrollado, pero muy cortas de vista, lo cual quiere decir que necesitan ser guiadas para estar a salvo. Si sólo se fían de sus ojos, las pobrecitas podrán rápidamente caer en un abismo, se lastimarán, no encontrarán los mejores pastos, o lo que es peor, caen presas del hambriento lobo. Más si ellas agudizan su oído y hacen caso a la voz de su pastor, siempre estarán seguras.


Apoyarnos en nuestro propio discernimiento, creernos sabios e infalibles, nos llevará a desaprovechar los ilimitados recursos divinos que todos tenemos a nuestro alcance y seguramente, a correr demasiados riesgos innecesarios. Por el contrario, reconocer a Dios en todos nuestros caminos, seguir sus indicaciones, atender a sus consejos, obedecer sus instrucciones, apartarse de caminos equivocados, será, como dice la Palabra de Dios: «Medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos» (Proverbios 3:8).


Si confiamos en Dios y le reconocemos en todos nuestros caminos, Él nos guiará por sendas de sabiduría, y aun si nos equivocáramos, Él nos corregiría, enderezaría nuestras sendas y de esta manera no habría ninguna posibilidad de fracasar o de salir heridos. La mejor manera de reconocer a Dios en nuestros caminos es a través de una permanente búsqueda, cada mañana; es el encuentro vital donde habituamos nuestro oído a su voz, aprendemos a creer, a confiar y a depender de él, donde nos preparamos para la victoria.


¡Comencemos hoy mismo y los resultados no se harán esperar!


HABLEMOS CON DIOS


“Amado Padre, quiero pedirte que me ayudes cada día a depender mas de ti, a buscar dirección tuya hasta para lo mas pequeño. Reconozco que muchas veces hago mi parecer y me equivoco. Te pido Señor que me hagas sensible a la dirección de tu Santo Espíritu para poder actuar con libertad, entendiendo que hago tu voluntad que es buena, agradable y perfecta, Amén”.


Lolita Cruz de Chamorro.