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martes, 17 de julio de 2012

La Dirección de Dios


Buscando la Dirección de Dios
“Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados”. (Proverbios 16:3)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Deuteronomio 30:11-20; 1 Samuel 23:1-14

Preguntémonos hoy: ¿cuántas veces no hemos obtenido los resultados que esperábamos en un negocio, una tarea, o algo nos ha salido mal?

Hablando con la verdad, ¿cuántas veces consultamos a nuestro Padre, antes de emprender una labor? ¿Somos conscientes de que tenemos un valioso manual de vida llamado la Biblia? ¿Acudimos a ella como el viajero consulta la brújula que le orienta su norte, cómo el explorador su mapa, como un verdadero manual de instrucciones?

En nuestro afán, con frecuencia no cuidamos de colocar en las manos de Dios nuestro diario vivir, y terminamos dependiendo de nosotros mismos, de nuestra fuerza, de nuestros escasos recursos, llevando una vida de segunda clase, y viviendo como perdices habiendo sido diseñados para volar como las águilas.

Es necesario entonces, que cada mañana nos pongamos de rodillas delante de Dios, para obtener los logros y el éxito que sólo Él nos puede asegurar, venciendo los obstáculos, armándonos del poder, de la dirección y de la guía que necesitamos para luego salir a vencer, a conquistar el mundo, a ver la gloria de Dios en y a través de nuestra vida.

«Encomendar» hace referencia a entregar, a pedir dirección y a depositar la confianza en la instrucción dada por Dios a través de su Espíritu y de los principios plasmados en su Palabra, como resultado de renovar la mente y de escuchar también el consejo de nuestro guía espiritual. Entonces será para nosotros una hermosa realidad el versículo 8 de Josué 1: «...entonces, harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien». Recordemos que la obra que Dios le encomendó a Josué, no era fácil, por eso le enseña que la victoria y la prosperidad dependerían de él mismo, en la medida en que fuera valiente para no apartarse de sus instrucciones, ni de día ni de noche. Al igual que Josué, nosotros también necesitamos de esa fuerza sobrenatural para enfrentar los difíciles retos y grandes desafíos que tenemos por delante.

HABLEMOS CON DIOS

“Amoroso Padre, quiero pedirte perdón por las muchas veces que he hecho las cosas a mi manera sin contar contigo. Entiendo que por esto he fallado tantas veces, gracias por darme la oportunidad de conocer que estás interesado en dirigirme para bendecirme. Te entrego el control de mi vida y te pido Espíritu Santo que siempre me lleves a dar pasos que agraden a Dios, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

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