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lunes, 3 de septiembre de 2012

Alabanza y Victoria


Victoria a través de la Alabanza
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán” Salmo 34:1-2

PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 27; Salmo 149

Dios Padre no cambia jamás, aunque muchas situaciones a diario sean duras, aunque el camino sea difícil y lleno de obstáculos, los hijos de Dios estamos llamados a seguir confiando en la grandeza del Señor, y a no desmayar en ningún momento. Su Palabra nos invita para que exaltemos y alabemos el nombre de nuestro Dios, reconociendo su poder en todo tiempo y lugar.

Alabar a Dios en todo tiempo, quiere decir, que no importa el momento, la circunstancia o la crisis personal o familiar por la que estemos atravesando; simplemente debemos desarrollar una alabanza continua y genuina. Cuando lo alabamos aprendemos a confiar y a descansar en el Señor. Cuando son los temores los que se apoderan de nuestro ser, debemos combatirlos alabando, cantando himnos y cánticos espirituales para el Señor. Alabarlo es volver nuestro corazón a Dios, y su misma presencia estará cercana a nuestras vidas.

Es Dios quien nos libra de todos nuestros temores, pues muchas veces creemos estar solos y desamparados, pero jamás es así; el Señor nos prometió su Presencia eterna y de esa manera se cumple en nuestra vida. Ser victoriosos es saber que le pertenecemos a Él y que nada podrá hacernos daño. Debemos practicar más la alabanza para el Señor, la alabanza es una forma de oración que agrada al Señor; Dios como Padre y Señor espera que nosotros sus hijos le alabemos, así cada día comprenderemos más de cerca la grandeza del Señor.

Alabar a Dios en medio de una adversidad nos dará confianza y fortaleza para seguir adelante, pues nos ayuda a comprender que el poder de Dios está a disposición de todos aquellos que deciden descubrir en lo secreto, los tesoros divinos.

HABLEMOS CON DIOS

Señor, hoy te alabo y te bendigo, sé para mi esa roca de refugio porque te necesito, confieso que sólo Tú puedes darme los anhelos de mi corazón, y fortalecerme en medio de cualquier adversidad, Amén”.

Lolita Cruz de Chamorro.

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