El fruto de la integridad
“Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad. Jehová de los ejércitos, dichoso el hombre que en ti confía.” (Salmo 84:11-12)
PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 24:1-6; Salmo 73:1-28
Si alguna vez querido amigo, ha pensado que no vale la pena buscar la integridad y la santidad en su vida, porque ve que los malos no reciben su merecido, sino que andan muchas veces en la desfachatez de la impunidad, quiero recordarle que en el Manual de Vida, la Biblia, Dios mismo nos ratifica que hay enormes recompensas para el hombre de bien. Aquel que confía plenamente en Dios, y busca agradarlo, se guarda del mal, retiene su integridad, se mantiene intachable e irreprensible delante de los hombres, y delante de Dios, podrá disfrutar de estas extraordinarias bendiciones:
• Protección: Dios mismo le brindará su protección y su ayuda. Le defenderá y le mantendrá seguro, a salvo de cualquier cosa que pueda dañarle. Su presencia le guiará, le dará calor y le iluminará. No se perderá, no temerá, estará seguro
• Gracia y gloria: Lo pondrá en alto para que sea luz en medio de la oscuridad, para que glorifique a Dios con sus acciones. Le convertirá en un instrumento útil en sus manos para llevar bendición a vidas, familias y naciones enteras
• Bendición integral: No faltará la bendición de Dios que enriquece, prospera y multiplica todo lo que toca. Esta se refiere no sólo a bienes de tipo material, sino a riquezas de carácter integral: Vida espiritual, salud psicológica y emocional, unidad y armonía familiar, respaldo laboral, fortaleza física, correcta y benéfica interacción con el entorno (las personas y el ambiente físico)
• Gozo: Su corazón experimentará la paz al estar en armonía con la perfecta voluntad de Dios. Un regocijo profundo y sobrenatural inundará su ser. A pesar de las circunstancias, tendrá la capacidad de ser feliz
Por el contrario, el Señor advierte a todos aquellos que desviando su camino, pretendan prosperar a través de la violencia, el soborno, la corrupción, o tantas de las actividades ilícitas que hoy conocemos. Aunque por un tiempo las cosas les resulten bien, tarde o temprano caen, son despojados de todo, tienen que huir de sus tierras y dejar a sus familias, y lo que es peor aún, se convierten en vidas sin trascendencia eterna, de repente desaparecen y nadie desea acordarse de ellos.
HABLEMOS CON DIOS
“Oh, Padre maravilloso y fiel, que has dispuesto felicidad y prosperidad para mí, gozo y alegría eterna. Enséñame, por tu Santo Espíritu, a ser sabio(a), a confiar en ti, a guardarme en integridad, comunicando un testimonio vivo y real, que cautive muchos corazones para que se acerquen a ti”.
Lolita Cruz de Chamorro.
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