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lunes, 19 de noviembre de 2012

Respuesta permanente a una oración


“Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración, y tu ruego que has hecho en mi presencia, yo he santificado esta casa que tu has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.” (1 Reyes 9:3)
PASAJE COMPLEMENTARIO: 1 Reyes 8:28-30
El rey Salomón siguiendo la instrucción de David su padre, emprende una obra grandiosa: Construir el Templo para Jehová el Dios de Israel. Para dedicar este hermoso lugar Salomón hace una oración tan profunda y al mismo tiempo tan sencilla, llena de sabiduría que conmueve el corazón de Dios.
A modo general, lo que pide Salomón en su oración, es que Dios declare ese templo como un lugar santo, sagrado y que además se vuelva casa permanente de oración, también pide que toda oración que se haga en ese lugar, tenga un aprecio especial de Dios y haya una respuesta efectiva a lo que se pida allí.
La respuesta del Dios de Israel fue contundente y permanente, recordemos:
• Hoy en día es conocido ese lugar como el Muro de las Lamentaciones
• Los que hemos ido a ese lugar a orar, a pedir, hoy podemos dar testimonio de la eficaz respuesta a cada petición
• Millones de peregrinos van anualmente a ese lugar a encontrarse con el Dios de Israel
• Una parte del pueblo de Israel conserva el Muro como el lugar más sagrado y santo
• Muchos han comprendido que este es el lugar que Dios escogió para morar en la tierra y que Él es el único y verdadero Dios (2 Crónicas 7:15-16)
Tenemos en este, un maravilloso y contundente ejemplo de oración contestada. Tomemos aliento para seguir orando, buscando las respuestas de Dios no sólo a nuestras necesidades, sino también a las de toda la humanidad.
HABLEMOS CON DIOS:
“Gracias Señor por hacer del templo de Jerusalén un lugar tan especial para un encuentro inolvidable contigo. Gracias por hacer de mí, a través de Jesucristo, un templo vivo donde Tú habitas permanentemente a través de tu Espíritu Santo. Que tu presencia resplandezca en mí, que yo cumpla la misión para lo cual Tú me escogiste y pueda vivir para honrar tu nombre, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.

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