La verdadera ofrenda
“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”. (Mateo 5:23-24)
PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 51:10-13
Aquí una lección importante sobre el perdón que debe ser para todo cristiano un principio de vida; el Señor da mandamiento sobre el perdón, y se trata de perdonar a mis ofensores todas las veces que sea, el perdón no tiene medida debe ser constante y debe fluir con libertad de lo más profundo de nuestro corazón.
La actitud de sincero perdón es indispensable para acercarnos con nuestra petición a la presencia de Dios. No olvidemos que su amor nos ha dado el maravilloso e incondicional perdón de todos nuestros pecados, el día que le recibimos como nuestro Señor y Salvador. Un perdón, como nos lo dice Isaías 43:25: «Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.»
Si reconocemos que tenemos algo contra alguien en nuestro corazón, y permitimos hoy que él perdone a través de nosotros, reconociendo que en nuestras fuerzas no podemos hacerlo, podremos vencer en todas las situaciones diarias de la vida.
Dispongámonos ahora a obedecer su agradable voluntad. Con una actitud perdonadora, decidamos acercarnos a aquéllos que nos han ofendido, para reconciliarnos y darles el inmenso amor que nuestro amado Padre ha colocado en nosotros. Permitamos que él perdone a través nuestro.
Reconozcamos que nos cuesta trabajo perdonar, pero que con su ayuda y poder lo haremos, y así como él no nos saca en cara nuestros pecados, igualmente lo hagamos con nuestros semejantes. Con él podemos cambiar nuestros sentimientos de rencor por actitudes de amor. Reflexione y vea por qué no ha visto las respuestas que tanto ha esperado. Las malas relaciones causadas por falta de perdón afectan tremendamente la relación con Dios.
HABLEMOS CON DIOS
“Amado Señor, te pido que me enseñes a mantener mi corazón perfecto y limpio para ti, reconozco que muchas veces no doy el paso para reconciliarme con mis seres queridos y he sido orgulloso, pero te pido que me ayudes a mostrar tu amor a través de mi vida, enseñando lo hermoso que es pedir perdón y perdonar, Amén”.
PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 51:10-13
Aquí una lección importante sobre el perdón que debe ser para todo cristiano un principio de vida; el Señor da mandamiento sobre el perdón, y se trata de perdonar a mis ofensores todas las veces que sea, el perdón no tiene medida debe ser constante y debe fluir con libertad de lo más profundo de nuestro corazón.
La actitud de sincero perdón es indispensable para acercarnos con nuestra petición a la presencia de Dios. No olvidemos que su amor nos ha dado el maravilloso e incondicional perdón de todos nuestros pecados, el día que le recibimos como nuestro Señor y Salvador. Un perdón, como nos lo dice Isaías 43:25: «Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.»
Si reconocemos que tenemos algo contra alguien en nuestro corazón, y permitimos hoy que él perdone a través de nosotros, reconociendo que en nuestras fuerzas no podemos hacerlo, podremos vencer en todas las situaciones diarias de la vida.
Dispongámonos ahora a obedecer su agradable voluntad. Con una actitud perdonadora, decidamos acercarnos a aquéllos que nos han ofendido, para reconciliarnos y darles el inmenso amor que nuestro amado Padre ha colocado en nosotros. Permitamos que él perdone a través nuestro.
Reconozcamos que nos cuesta trabajo perdonar, pero que con su ayuda y poder lo haremos, y así como él no nos saca en cara nuestros pecados, igualmente lo hagamos con nuestros semejantes. Con él podemos cambiar nuestros sentimientos de rencor por actitudes de amor. Reflexione y vea por qué no ha visto las respuestas que tanto ha esperado. Las malas relaciones causadas por falta de perdón afectan tremendamente la relación con Dios.
HABLEMOS CON DIOS
“Amado Señor, te pido que me enseñes a mantener mi corazón perfecto y limpio para ti, reconozco que muchas veces no doy el paso para reconciliarme con mis seres queridos y he sido orgulloso, pero te pido que me ayudes a mostrar tu amor a través de mi vida, enseñando lo hermoso que es pedir perdón y perdonar, Amén”.
Lolita Cruz de Chamorro.
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