Los propósitos perfectos de Dios
“Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra”. (Éxodo 9:16)
PASAJE COMPLEMENTARIO: Romanos 8:28-31
Dios tiene proyectos supremamente grandes para nosotros, no importan las circunstancias que estemos atravesando. Lo que debe interesarnos, es aprender a descubrir el objetivo de la formación de Dios en cada momento de nuestra vida. Él no pretende otra cosa que hacernos el motivo de su gloria y el instrumento para manifestarla al mundo entero.
En vez de lamentar su suerte, más bien piense que es un privilegio ser formado por Dios. Comprenda que está viviendo un proceso a través del cual, Él le llevará a cosas extraordinarias. Los grandes hombres y mujeres de la Biblia, en quienes se manifestó el esplendor del poder de Dios, fueron pasados por esa escuela en la que aprendieron a dejar de lado su propio yo, para sujetarlo al restaurador amor de Dios. Aprendieron a renunciar a su propio egoísmo y también a sus limitaciones; porque entendieron que todo hombre que sujeta su vida a Dios, experimenta: sustento, provisión y habilitación para enfrentar victorioso los grandes desafíos que la vida le impone.
Un propósito mayor será moldear y formar en nosotros verdaderos líderes, capaces de compartir la verdad de Dios, a todos los que nos rodean, empezando por nuestra familia y basados en: la relación, cercanía y respeto existentes; estando dispuestos así a dar y recibir amor y consejos sabios en el Señor.
Al conducir a una persona a Dios, aumentamos nuestra sensibilidad de lo que Él significa para nosotros. Valoremos sus propósitos como motivos de alegría, bienestar y extraordinarias oportunidades de dar y darnos a Él.
HABLEMOS CON DIOS
“Padre Amado, como no darte las gracias por haberme escogido para amarme y formarme como un hermoso diamante. Hoy entiendo que las pruebas hermosean mi carácter como el de tu Hijo. Quiero tener un corazón perfecto para agradarte, complacerte y darte alegría; entiendo la gran estima que tienes para mí y por eso solo me queda darte gracias cada día”.
PASAJE COMPLEMENTARIO: Romanos 8:28-31
Dios tiene proyectos supremamente grandes para nosotros, no importan las circunstancias que estemos atravesando. Lo que debe interesarnos, es aprender a descubrir el objetivo de la formación de Dios en cada momento de nuestra vida. Él no pretende otra cosa que hacernos el motivo de su gloria y el instrumento para manifestarla al mundo entero.
En vez de lamentar su suerte, más bien piense que es un privilegio ser formado por Dios. Comprenda que está viviendo un proceso a través del cual, Él le llevará a cosas extraordinarias. Los grandes hombres y mujeres de la Biblia, en quienes se manifestó el esplendor del poder de Dios, fueron pasados por esa escuela en la que aprendieron a dejar de lado su propio yo, para sujetarlo al restaurador amor de Dios. Aprendieron a renunciar a su propio egoísmo y también a sus limitaciones; porque entendieron que todo hombre que sujeta su vida a Dios, experimenta: sustento, provisión y habilitación para enfrentar victorioso los grandes desafíos que la vida le impone.
Un propósito mayor será moldear y formar en nosotros verdaderos líderes, capaces de compartir la verdad de Dios, a todos los que nos rodean, empezando por nuestra familia y basados en: la relación, cercanía y respeto existentes; estando dispuestos así a dar y recibir amor y consejos sabios en el Señor.
Al conducir a una persona a Dios, aumentamos nuestra sensibilidad de lo que Él significa para nosotros. Valoremos sus propósitos como motivos de alegría, bienestar y extraordinarias oportunidades de dar y darnos a Él.
HABLEMOS CON DIOS
“Padre Amado, como no darte las gracias por haberme escogido para amarme y formarme como un hermoso diamante. Hoy entiendo que las pruebas hermosean mi carácter como el de tu Hijo. Quiero tener un corazón perfecto para agradarte, complacerte y darte alegría; entiendo la gran estima que tienes para mí y por eso solo me queda darte gracias cada día”.
Lolita Cruz de Chamorro.
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