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lunes, 16 de enero de 2012

¿Debemos ocuparnos primero por las cosas de Dios?

Nada nos hará falta
“Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien” (Salmo 34:9-10)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Mateo 6:25-34

Dios ha prometido suplir nuestras necesidades y recompensar la obra de nuestras manos. La palabra de Dios nos enseña que no debemos afanarnos por las añadiduras, pues es tarea suya proveer a aquellos que confían y se acogen a su amor, y a los que buscan como máxima prioridad su bendición. Temer a Dios es amarle y reverenciarle, dándole el primer lugar en nuestra vida; es buscar hacer su voluntad y no la nuestra, utilizar sus métodos y no los nuestros. Dios ha establecido principios de prosperidad para todos los hombres. Si tenemos la suficiente fe para acercarnos a Él y aplicar esos principios a nuestra vida, haciéndolos parte de nuestro ser, de nuestro actuar diario, entonces no tendremos falta de ningún bien. Veamos algunos de estos principios:

-La comunión con Dios a través de la oración y una vida de estudio diario de la Biblia y obediencia a sus principios, nos asegura prosperidad

-Vida de limpieza y santidad, pues Dios ama y recompensa la rectitud

-Vida de amor y honra a los padres para ver largos y buenos días

-Vida de administración y fructificación, pues al que sabe ser fiel en lo poco, sobre mucho lo pondrá el Señor

-Vida de generosidad y amor por los demás, pues la mano que se extiende para dar, Dios la llena para que pueda dar más

-Vida familiar armoniosa y productiva, pues Dios bendice al que sabe mantener en paz su propia casa y al que provee primeramente para los suyos

-Vida de amor por Jerusalén, identificándonos con lo que Dios tanto ama, la tierra que Él ha hecho el sitio de su morada

-Tener una visión adecuada del trabajo como la honrosa responsabilidad que Dios ha dado al hombre para que se desarrolle, genere recursos para su sostenimiento y el de su familia, y tenga la oportunidad de colocar sus habilidades al servicio de otros.

HABLEMOS CON DIOS

“Señor, te doy muchas gracias por esta maravillosa palabra de confianza y de consuelo que me das. Gracias porque entiendo tu preciosa bendición que me provee de todo lo necesario, a tal punto que puedo afirmar: “Nada me hará falta”, te ruego que siempre ande en temor reverente delante de ti y viva para agradarte, y de esta manera disfrutar siempre de tu provisión”.
Lolita Cruz de Chamorro.

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