Una genuina búsqueda de Dios
«Entonces prometieron solemnemente que buscarían a Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma.» (2 Crónicas 15:12)
PASAJE COMPLEMENTARIO: 2 Crónicas 15: 1-12; 34:31-33
La genuina búsqueda de Dios implica entrar en comunión con Él, disfrutar de su presencia, su amor y de su misericordia. Grandes hombres de Dios; como Josafat, David, Daniel y otros, ganaron sus batallas espirituales con las armas infalibles: la oración y el ayuno.
El hombre fue diseñado para depender de Dios, su formador. Cuando no lo hace, buscará «algo» o «alguien» a quien aferrarse, que le inspire seguridad y fuerza para vivir.
Fuimos diseñados para tener comunión con Dios, como Padre y dueño de nuestras vidas, nuestra alma nunca encontrará reposo fuera de su Presencia, pues allí, es donde son suplidas nuestras más grandes necesidades.
Dios ya tomó la iniciativa de buscarnos, abrió el camino para que lleguemos a Él, ahora, somos nosotros los que debemos tomar la decisión de buscarlo, independiente de cualquier circunstancia, sabiendo que cuando lo hacemos de todo corazón, Él nos sale al encuentro para hacernos bien.
Comprométase con Dios, y las cosas se darán de una manera extraordinaria. Los beneficios de buscar a Dios son grandes:
* Disfrutaremos de paz y protección en medio de una sociedad convulsionada. (2 Crónicas 15:5-7).
* Cobraremos fortaleza y ánimo. Su búsqueda nos permite estar siempre llenos de entusiasmo. (2 Crónicas 15:8).
* Se «repara el altar de nuestro corazón»; no tendremos ídolos, siempre daremos a Él, el primer lugar. (2 Crónicas 15:8).
HABLEMOS CON DIOS:
“Señor, hoy entiendo que necesito de Ti, que cada día debo buscarte como preferente asunto de mi alegría. Llévame a convertirme en una persona que utilice las armas que hicieron tan especiales a aquellos hombres de la Biblia. Te pido que la oración y el ayuno sean en mí vivir, las herramientas a través de las cuales veo tu gloria y tu poder. Amén”
PASAJE COMPLEMENTARIO: 2 Crónicas 15: 1-12; 34:31-33
La genuina búsqueda de Dios implica entrar en comunión con Él, disfrutar de su presencia, su amor y de su misericordia. Grandes hombres de Dios; como Josafat, David, Daniel y otros, ganaron sus batallas espirituales con las armas infalibles: la oración y el ayuno.
El hombre fue diseñado para depender de Dios, su formador. Cuando no lo hace, buscará «algo» o «alguien» a quien aferrarse, que le inspire seguridad y fuerza para vivir.
Fuimos diseñados para tener comunión con Dios, como Padre y dueño de nuestras vidas, nuestra alma nunca encontrará reposo fuera de su Presencia, pues allí, es donde son suplidas nuestras más grandes necesidades.
Dios ya tomó la iniciativa de buscarnos, abrió el camino para que lleguemos a Él, ahora, somos nosotros los que debemos tomar la decisión de buscarlo, independiente de cualquier circunstancia, sabiendo que cuando lo hacemos de todo corazón, Él nos sale al encuentro para hacernos bien.
Comprométase con Dios, y las cosas se darán de una manera extraordinaria. Los beneficios de buscar a Dios son grandes:
* Disfrutaremos de paz y protección en medio de una sociedad convulsionada. (2 Crónicas 15:5-7).
* Cobraremos fortaleza y ánimo. Su búsqueda nos permite estar siempre llenos de entusiasmo. (2 Crónicas 15:8).
* Se «repara el altar de nuestro corazón»; no tendremos ídolos, siempre daremos a Él, el primer lugar. (2 Crónicas 15:8).
HABLEMOS CON DIOS:
“Señor, hoy entiendo que necesito de Ti, que cada día debo buscarte como preferente asunto de mi alegría. Llévame a convertirme en una persona que utilice las armas que hicieron tan especiales a aquellos hombres de la Biblia. Te pido que la oración y el ayuno sean en mí vivir, las herramientas a través de las cuales veo tu gloria y tu poder. Amén”
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