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martes, 13 de diciembre de 2011

¿Entiendes que es ser un mayordomo para Dios?

La recompensa del mayordomo fiel
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá” (Mateo 24:45-47)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Mateo 6:33; Lucas 18:28-30

Durante ya mucho tiempo, alejado de Dios y llevado por el afán de este siglo, y el engaño de las riquezas, el hombre se ha valido de la misma creación de Dios para sus propios deseos e intereses, utilizándola con fines para los cuales no había sido creada, produciendo un desajuste de grandes proporciones. Y todo esto se ha producido como consecuencia de una actitud equivocada en el mismo hombre con respecto a la creación: La de hacerse y creerse dueño y amo de ésta, tal como lo expresa el profeta Isaías: “Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno” (Isaías 24:5)

Por su parte, Dios, en su infinita misericordia, nos permitió participar de la creación, haciéndonos mayordomos y administradores de lo que es suyo. Comprender esto debe llevar a todo hijo de Dios a cultivar una actitud de pleno reconocimiento de la grandeza de nuestro Creador, a fin de ser y hacer todo, para alabanza de su nombre; esto quiere decir, dejar que a través de nuestra vida y de todo nuestros actos, brille la luz de Cristo al mundo, resplandeciendo en medio de las tinieblas, con el fin de que todos los hombres y mujeres puedan reconocer que Cristo vive, venir a su Presencia y encontrar la salud y vida abundante que tanto necesitan, y que sólo Él nos puede dar.

Ser un mayordomo fiel, implica cultivar unas características que son desarrolladas a través de un proceso de obediencia, siendo moldeados conforme al carácter de Cristo. Pero también representa participar de enormes e incalculables bendiciones como el que Dios nos escoja para darnos cada vez mayores responsabilidades y privilegios. Algunas de estas características son: Fidelidad, integridad, responsabilidad, humildad, productividad, creatividad, obediencia y vida integralmente próspera.

HABLEMOS CON DIOS

“Padre bueno, sé que me has creado con un propósito trascendental en la vida, y es que comunique al mundo tu gloria. Te pido humildemente que hagas de mí un canal a través del cual tu luz alumbre delante de cada ser humano, para que vean tus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en los cielos. Sé que esto implica ser tratado, formado, pulido y moldeado por tu Santo Espíritu, y me pongo en tus manos confiadamente para que cumplas tu buena voluntad y los planes que desde siempre has preparado para mí”

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